Qué mal se lleva la espera
El año lo he empezado sin apenas poder salir a entrenar. Las molestias en la rodilla se han agudizado y he decidido parar. El problema es que ahora parece que para pedir cita con un traumatólogo hay que hacer una carrera por etapas.
El caso es que el de cabecera te manda unas radiografías (así a lo tonto), para que luego te pueda mandar al traumatólogo. Y luego, convence a éste de que si es algo de ligamento, pues sería mejor una resonancia.
El caso es que se va una semana y pico hasta volver a ver al de cabecera y la impaciencia empieza a hacer acto de presencia.
Si paro una semana, quizás esté para empezar a volver a trotar, pero no quisiera seguir arrastrándolo. La última vez aguanté sin dolor 15 minutos.
Y luego, también está el hecho de que vaya a perder la poca forma física que había cogido en los últimos 3 meses, después de haber estado tanto tiempo sin salir a correr.
Quisiera pensar que es una sobrecarga, pero que no se haya quitado con unos días de reposo, me preocupa.
En fin, espero poder contaros pronto que vuelvo a salir, aunque sea para deciros que es a 5 o 5:15 min/km, pero que pueda sostenerlo durante un tiempo, al menos.
El pensamiento más negativo es el de hacer uso del seguro de cancelación del GTP, ¡habiéndome apuntado hace solo unos días!
El único consuelo que me queda, que al hacer trekking al menos no se resiente. También por los bastones, claro.