Arco de Salida. Pola de Somiedo |
Se da la salida
remontando el pueblo hacia la carretera que sube al puerto. En seguida, el
trazado sale a una senda con mucho arbolado que, a tramos, se estrecha mucho y
los de la parte trasera sufrimos los atascos. La carrera pasa por Gua y Caunedo
donde también hay paisanos animándonos. Aún vamos todos con las pilas cargadas,
y cada cuál buscando su marcha. Después del tercer tramo de asfalto, la senda
marcha hacia la pedanía de La Peral, última población antes de Santa María de
El Puerto. Decir que la organización corta el tráfico rodado para el paso de
los corredores, lo que siempre da mayor seguridad.
Una última subida y, ya entrando
el sol en el valle, llego a La Peral.
La Peral. Km 6.7. 01:15:37
Abrevadero. Entre La Peral y Braña Viecha |
Antes de la bajada contaros que
hubo un corredor que se hizo una brecha en la cabeza. Debió tropezar con alguna
piedra. Dos chicas que debían ir a su lado le socorrieron desde el primer
momento y los que veníamos después fuimos llamando la atención de la persona de
protección civil que se encontraba a unos cientos de metros en el collado.
Entiendo que el accidente no fue a mayores.
Braña Viecha. Km 14,5. 02:14:37
No paro demasiado en el
avituallamiento. De tiempo voy a ir justo y prefiero ir avanzando que parar
demasiado. En la subida al puerto de la Paredona, engancho un grupo que veo que
llevan buen ritmo y les puedo aguantar. Así descargo un poco la mente sobre qué
paso llevar. Algunos repechos ya empiezan a costar… y ¡no llevo ni 20 km! es sólo el principio y
lo que toca es subir por donde lo han hecho antes aquellas siluetas que veía.
Va a haber que dosificar mucho, pero el tiempo de corte tampoco permite
demasiadas alegrías. Empiezo a echar cuentas de cuánto margen voy a tener al
llegar a El Puerto. Eso no quita para que saque unas fotos desde el collado,
recupere un poco y afronte la subida al Cornín. Las vistas según se va
ascendiendo descubren más y más picos en el horizonte. La senda sigue apretando
con su pendiente mientras va sorteando matorral bajo. Llego a la cima, pero por
donde siguen los participantes que me preceden no es precisamente para
relajarse. Y es que desde el Cornín hay que crestear aún hasta llegar al punto
culminante de la carrera: El Cornón, a 2188 m. Último esfuerzo, se oye animar a
los que vamos llegando con griterío y un cencerro.
El
sol ya está lo suficientemente algo como para que hagamos sombra y amenaza con
hacer calor. La llegada al collado esta vez
Llegando a Braña Viecha con El Cornín al fondo |
03:40:55. Impresionantes las
vistas desde El Cornón. Ya voy justito. Sé que el mes anterior no he entrenado
demasiado con la recuperación del GTP, pero el minuto que estoy parado en la
cima no es para pensar en eso. Es para embriagarse de porqué me fascinan las
montañas. ¡Qué tendrán que siempre se quiere volver!
La bajada de El Cornón es
técnica – al menos para mí – y hay que andar con cuidado. La calificación de
“técnica” aprendí en esta carrera que depende de a quién le preguntes, así que
seguiré manteniendo mi propio criterio, aunque para otros sea un paso marítimo.
Tras esta primera parte más delicada, a ratos saco fuerzas para trotar, aunque
los kilómetros pasan lentísimos. Pregunto a algunos de los voluntarios de la
organización y las respuestas que recibo dejan siempre el objetivo más lejos de
lo que creía. Después de un último collado ya se ven las casas de El Puerto.
Aún hay tiempo para quitarme una de las zapatillas en la que se había colado
arena. Con los pies voy muy bien. Los calcetines nuevos se están portando. Vuelvo
a trotar por una pista pedregosa. Mirando el reloj parece que voy a llegar
según lo previsto al control de El Puerto. Con unos 45 minutos sobre el corte.
Vistas de la Braña Viecha y parte del Valle de Villar de Vildas en las inmediaciones de El Cornín |
El calor ya aprieta. Uno de los
últimos voluntarios antes de llegar al garaje, me dice que hay ducha para
refrescarse. 28 km y tengo la sensación de llevar 50. Medio centenar de
personas se agolpa en una pared con vista de la carrera. Animan indicando el
giro brusco a la izquierda y que el avituallamiento está aquí mismo.
El Puerto (Santa María). Km 28,3.
04:54:15
Bien montado lo tienen
en el garaje. Sombra, ducha y avituallamiento completo. El primer cuarto de
carrera está hecho. Está claro que los números no engañan. Casi el mismo
desnivel que el GTP, pero en 35 km menos. Va a ser una carrera dura para lo que
estoy acostumbrado. En cualquier caso, intento centrarme en la curiosidad de
recorrer Somiedo por lugares donde no había estado. Ahora comenzaba el camino
de Valle del Lago. Se abandonan las casas de El Puerto por un camino a la
derecha, ascendiendo por unos prados donde las vacas mugen a modo de queja por
el trasiego de gente que llevan viendo esta mañana. ¡Y eso que solo pasamos los
de la UTDS! En algún caso, hay que andarse con atención al pasar entre ellas.
El calor ya es bastante intenso. Es el precio que nos toca pagar por disfrutar
de un magnífico día despejado.
El camino sigue salpicado de voluntarios a los
que –esto me resultó curioso- han entregado una tarjeta indicando en qué punto
kilométrico se encuentra. Como suele ocurrir cuando el cansancio se hace ya
ostensible, la cabeza avanza más rápido y cualquier atisbo de collado ahonda en
el auto convencimiento de que ya vendrá la bajada. Aún habrá que rodear unas
peñas según me informa uno de los compañeros de fatiga que pasa a mi altura en
ese momento. Los kilómetros pasan muy despacio y el tiempo sigue su curso.
Finalmente, el encuentro con uno de los voluntarios ya en la collada, indica el
inicio de la bajada. Nuevamente, impresionantes vistas desde un balcón natural
con Valle de Lago al fondo. La bajada hacia la braña de Solapeña no permite
mucho margen de error, pero es espectacular. Como en otras ocasiones, recorrer
algo por primera vez hace que se disfrute de una manera especial. La senda en
ciertos tramos se ensancha, aunque el quitamiedos
de alambre de espino no invita a la sensación de seguridad. La pendiente obliga a
poner todos los sentidos en el camino, aunque procuro sacar momentos para otear
el paisaje. En pequeños tramos la carrera sigue una pista forestal, aunque no
es hasta la Braña de Sousas cuando esta enfila sin interrupción a Valle de
Lago. Aquí aún llevo algo de fuerza para trotar algo más de un kilómetro hasta
el avituallamiento.
Llego con unos 40 minutos de margen sobre el corte. Lo
difícil es que en esta carrera los tiempos no se flexibilizan.
Subida desde El Puerto |
Valle de Lago: encajonado entre montañas |
Valle de Lago. Km 38. 06:53:44
Aquí sí que necesito para un
tiempo para comer y descansar. La parte que viene a continuación sé que se
puede andar a buen ritmo e incluso correr. En el avituallamiento dejo una de
las chaquetas que llevaba por la mañana, por quitar algo de peso. En esta
ocasión sí que me acordé de coger los calcetines de recambio por si las moscas,
aunque hasta ahora los pies no me estaban dando ningún problema. En este
aspecto sí que estaba muy contento.
Salgo tratando de ir concentrado
con el ritmo que llevo y al cabo de unos minutos consigo alcanzar y superar a
un par de corredores antes de llegar al Lago del Valle, afortunadamente la
organización eligió el camino que indica Sombra
para este día. Poca más se iba a tener ya porque el arbolado en esa zona ya iba
a ser escaso. Al llegar al lago y ver la carpa del avituallamiento, paré un
momento a fotografiar el entorno. Otro momento lo dediqué a descansar mientras
recuperaba líquido con la ayuda de los voluntarios que estaban allí.
Agradecerle también a una de las chicas que me prestase su móvil para hacer una
llamada, yo llevaba casi toda la carrera sin cobertura. Justo al lado, había
gente bañándose y algo de envidia sí que me dieron. Pregunté por el tiempo a La
Farrapona, tenía dudas de si llegaba y me dijeron que tardaba lo mismo que de
Valle de Lago al Lago. 1 h y 20 min entonces.
Ascendiendo por la ladera norte del
valle, las fuerzas ya están en la reserva. El ritmo no es tan alegre como en la
primera parte y es que la pendiente aquí sí es más pronunciada. La llegada al
altiplano que hay camino al conjunto lacustre de Saliencia hace que se confirme
que ya no puedo siquiera trotar. Pierdo alguna posición y me resulta imposible
seguir el ritmo de los que se van alejando camino del collado donde está el
desvío al Lago Cerveriz y Calabazosa.
El cuádriceps también va cargado,
arrastrando las molestias del GTP, y por más que quiera no hay manera de echar
a trotar. Así que no me queda otra que ir al ritmo que buenamente pueda y ver
qué hacer en La Farrapona. Con la llegada al collado desde el que se divisa el
Lago de la Cueva, incremento un poco el ritmo hasta llegar a él. Hay un buen
grupo de gente animando y al preguntar la hora ya se me había ido parte del
margen que tenía. Unos últimos metros hasta llegar a La Farrapona, doy ánimos a
un corredor que adelanto, pero me dice que tiene la decisión tomada. Que se
queda allí. ¿Y yo? ¿Qué hacer? Llego
al Alto de La Farrapona con unos 20 minutos de margen. Realizando el trayecto
en unas 2 h 50 min desde Valle de Lago, pero, claro, hay que sumar el tiempo
que estuve en el avituallamiento.
Lago del Valle, mientras se asciende hacia el complejo lacustre de Saliencia |
Farrapona. Km 53,3. 10:25:00
En el avituallamiento, además de
ser completo, tienen una carpa con fisioterapia. Nada más llegar y antes de comer
nada, pregunto si el fisio está por ahí. En la camilla me podía haber quedado
un buen rato, la verdad. Me descarga lo que puede el cuádriceps. Ya no tenía
mucho remedio. Desde aquí darle las gracias y manifestar el acierto de la
organización de poner fisioterapia en carrera (ya la había visto en Valle de
Lago). Comí y bebí para salir de allí y encarar la subida a Los Bígaros no sé
muy bien de qué manera. Aunque, sólo eran 400 m de desnivel aquella cresta se
elevaba como si fuera un kilómetro vertical que ascender. Bajaba un chico que
animaba a los pocos (y últimos) que quedábamos subiendo sobre las vistas y que,
no era baladí, corría el aire. Una vez que se abandona la senda en el matorral
y se avanza por la roca, los pasos
delicados se suceden y con 55 km en las piernas, algún traspié patoso sí que
tengo. Cuando la mirada no está en el camino, no sabe dónde ir. A cada lado es
más bonito el paisaje.
La sucesión de montañas es interminable: desde las
Ubiñas hasta el límite del concejo de Cangas del Narcea, por poner dos
ejemplos. El cresteo que da algo de vértigo en algún punto es impresionante.
¡Ojalá pueda volver a hacerlo algún día sin estar tan cansado! Hay control en
Los Bígaros.
Camino a Los Bígaros. Vistas del valle de Saliencia |
Los Bígaros. 11:21:42
Tiene mérito también llevar toda
esa infraestructura hasta allí. La bajada también tiene su miga y con el
cansancio, más atención hay que poner. De camino a la Braña de la Mesa la
bajada es por un prado que, debido a la cantidad de corredores que han pasado
antes, tiene marcado el trazado que han ido siguiendo. Aquí también mucha
atención con los tobillos porque las fuerzas nulas en los cuádriceps hacen que
sean los que sostienen la verticalidad. En la Braña de la Mesa pensé que el
camino a Saliencia iba a ser más sencillo, por el Camín Real, pero se desvía
por una senda muy bonita y pedregosa que discurre junto a un arroyo. En todo
este tramo ya he ido casi en solitario, habiendo solo 4 o 5 participantes por
la zona. De hecho, alguno de ellos aprovecha un remanso de este arroyo para
refrescarse. Aún hace bastante calor. La senda termina entrando en un
espectacular arbolado con su ansiada sombra, pero el pueblo de Saliencia aún no
lo veo. La llegada a la carretera es aproximadamente medio kilómetro antes del
control y apenas me quedan unos minutos para llegar a tiempo. La gente se reúne
en los cruces para animar, aunque yo ya lo tengo decidido. Tras casi 14 horas
de carrera, llego a Saliencia con un par de minutos de margen sobre el corte y
con las piernas vacías. Hubiera podido seguir, pero no llegar a tiempo al
siguiente. Lourdes me dio ánimos para que no me rindiera, pero ya bastante hizo
por logística quedándose unas cuantas horas en Pola, y no tenía sentido andar
un par de horas más para llegar fuera de tiempo al siguiente control.
Saliencia. Km 61,2. 12:45:12
Me retiro. Pensé y repensé la
decisión. Llegué a la conclusión que con el tiempo que daban no era factible.
Hubiera seguido si el margen, como en otras carreras, se va flexibilizando con el paso de los kilómetros. Creo que
me faltaron un par de horas.
Quisiera agradecer también al voluntario
que nos bajó a los que nos retiramos en Saliencia. No tuvimos que esperar
demasiado y tuvo el detalle de pararme en la entrada de Pola – en lugar de la
meta- donde vi a Lourdes que estaba dando un paseo.
Ojalá algún día pueda volver y
quitarme la espina. También sé, que con lluvia, dudo que fuera capaz de
terminarla.
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